jueves, 29 de agosto de 2013

¡LOS COLOMBIANOS SOMOS TODOS!

La palabra empeñada.

Es cierto lo que dijo el Vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón que los campesinos se habían cansado de sufrir.

La afirmación del Vicepresidente podría aplicarse a todos los que somos colombianos, campesinos o no.

El desacierto de los gobiernos durante los últimos 55 años y la voracidad por el presupuesto nacional de toda la clase política, el yugo de los extremistas de la derecha y de la izquierda, la corrupción, las drogas ilícitas, la minería ilegal, los desplazamientos forzados, nos han conducido a la pobreza extrema de la mayoría de los colombianos.

La injusticia social, el triste tratamiento, injusto, de las mesadas de los ancianos; todas éstas circunstancias nos hacen sufrir.

Pero si reclamamos unos derechos, debemos hacerlo sin maltratar a los demás, también pobres y ávidos de mejor tratamiento.

Es fácil dejarse convencer por los terroristas entrenados por las extremas y contribuir al caos en  campos y ciudades.


Líder campesino.

Los campesinos de bien, amén de todos los colombianos, tenemos derecho a la libre movilidad,  a los alimentos, a la vivienda, a  la  atención oportuna de  salud, a la justa  retribución en sus  mesadas de todos los pensionados, al vestido, a la tranquilidad, a la paz, al descanso, a la educación, a la recreación, al transporte.

Por eso los campesinos no deben dejarse convencer por los terroristas que los mortifican sin dar la cara y no los dejan seguir por el camino del bien, cuidando de no pisar los derechos de los demás.

Ante las medidas del gobierno ya establecidas, acordes con las peticiones del campesinado representados en la mesa de negociación en Tunja, sin más dilación y cumpliendo la palabra empeñada, los líderes del paro campesino deben ordenar  el desbloqueo de las vías y levantar el paro que nos afecta gravemente a  todos los colombianos.

Hernán Castro Rodríguez, Editor de Vemos y Escuchamos.




Curia Arzobispal de Tunja

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