lunes, 6 de enero de 2014

ALGUNOS DE LOS REYES MAGOS DE LA POLÍTICA EN BOYACÁ.

Héctor Helí Rojas Jiménez. Foto elespectador.com

Son verdaderamente unos magos porque hacen invisible el trabajo que ellos dicen que han hecho por Boyacá.

Los reyes magos a los cuales nos referimos son Héctor Helí, Benigno Hernán, Rafael y Ciro.

Llegaron de diferentes sitios, guiados por la estrella del fisco nacional. Como ya lo habrán notado son 4 no tres.



Llama.

 Héctor Helí, llegó del reino de Cómbita, del cual es oriundo, municipio de Boyacá que tiene que llevar esa pesarosa carga;  y llegó montado en una Llama, especie animal del parlamento andino* a visitar al dios de la reelección, ubicado en el pesebre de la casa de Nariño.
Como regalo le llevó un bulto de papa y un portafolio conteniendo las solicitudes y compromisos burocráticos para toda su familia, como siempre lo ha hecho en sus diferentes reinados.

*La llama es el pariente sudamericano del camello, aunque no tiene joroba.
Es un animal muy fuerte que fue domesticado por los habitantes de los Andes.
Sus parientes salvajes son los guanacos y las vicuñas.


Rafael Romero Piñeros

Por otro camino, montado en una yegüa, apareció el gran Rafael, quien ante el fenecimiento del presupuesto congresal solo pudo llevarle unas ramitas de romero y la manzanilla de su reino en Tibaná.
Escondido en su investidura le llevó al dios de la reelección sus condiciones para su mandato.


Benigno Hernán Díaz Cárdenas

 Apareció después, el rey Benigno Hernán, el sí, cargado del oro que  nunca le pagó a los estudiantes-arquitectos por el diseño del parque construido en el hoyo del trigo en su reino.

Ahora, confiado en la falta de memoria de los habitantes, aspira a que le crean las propuestas que supuestamente adelantará en la cámara de los ineptos por el reino de Boyacá.

Ciro Alejandro Ramírez Cortés

Finalmente apareció el cuarto rey, Ciro Alejandro, hijo del Gran Ciro que otrora sirvió de mago en Europa, para el solaz de los integrantes de la comisión negociadora entre el gobierno pastranista y las FARC, mucho antes que su reino “cayera en desgracia”.

Ciro Alejandro le llevó al dios de la reelección una caja de bocadillos moniquireños  envueltos en bijao.


Bocadillos de guayaba, envueltos en hoja de Bijao.

Él y Benigno Hernán,  quedaron ilusionados en que el Gran Uribe su protector, no se enteraría de su visita.

Benigno Hernán, primero fue godo, y ahora se convirtió a la filosofía del Gran Uribe.




El Gran Uribe enterado por el terrible Oscar Iván, envió a su bancada y otros ejércitos a contrarestar el avance de las huestes del dios de la reelección firmemente  establecido en la casa de Nariño.

El dios de la reelección aceptó con humildad los regalos y promesas, pero conociéndolos de tiempo atrás, no los tendrá en cuenta y finalmente, exitoso, será rodeado por todos los Santos.

Hernán Castro Rodríguez, Editor de Vemos y Escuchamos.



Plaza principal de Cómbita, Boyacá. Foto de pecoco.

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