sábado, 25 de enero de 2014

¡LOS PUEBLOS QUE ALGUNOS QUIEREN QUE NO SEAN PUEBLOS!.

Los paseos "de olla" al río Jenesano, que no se podrán volver a realizar.

A pesar de la violencia en todas las regiones de Colombia, más en unas que en otras, los pueblos siguen siendo la cuna donde nacimos y en donde aún podemos disfrutar de paz, amistad y amor por la familia.

Disfrutamos de su naturaleza, de su ambiente, de su biodiversidad, toda diferente y cambiante según la región de donde provengamos.

Disfrutamos de su gastronomía, de sus ríos y fuentes de agua, de sus árboles y de sus animales.

Y nos encanta que sean ¡pueblos!


Río Jenesano, aún no contaminado. Foto de Jammes sistem.

Pero a pesar de ser pueblos, tenemos ya acceso a la tecnología y a la comunicación, a los computadores, la INTERNET y la telefonía celular, que nos acercan al resto del mundo, sin atontarnos ni congestionarnos.

¡Nos encanta!  escuchar a nuestro respetado párroco, por los parlantes de la iglesia avisando que “se perdió en el parque un llavero rojo con las iniciales HC y tres llaves, dos grandes y una pequeña” y ruega a la persona que lo haya encontrado que lo lleve a la casa cural.

El llavero siempre aparece, para alegría de su dueño.


Viracacha. Amanecer en el campo. Foto de Willie Wonka.

 Aún nos despertamos con el canto de los gallos y con el de las numerosas especies de aves que todavía, libremente vuelan del guayacán al manzano o del mango al guayabo o  del endrino al guamo.

En el pueblo todos nos conocemos, nos saludamos y nos ayudamos.

En el pueblo todos festejamos en las fiestas religiosas, populares  y patrias.

En el pueblo todos lloramos cuando mueren los vecinos, los familiares o los amigos.

Nos alegra que nos visiten y nos convertimos en los mejores y orgullosos guías de nuestro entorno y atracciones naturales.


Jenesano. Sombrío. Foto de Alvaro Espinel.

En el pueblo somos felices con lo que tenemos y también somos infelices porque nuestros hijos, muchas veces tienen que irse a las universidades y en busca de mejores horizontes, pero nos consolamos porque sabemos que cada vez que puedan, regresarán en busca de amor y de descanso.

Sin embargo, hay quienes consideran que los pueblos deben acabarse y transformarse en congestionados escenarios turísticos.

La infraestructura es importante para los pueblos y sus habitantes sin acabar con su entorno natural y las buenas costumbres.


Río Jenesano, antes que lo contaminaran. Foto de Alvaro Espinel.

Los cambios radicales ocasionados al planeta, las variaciones en el clima que tanto nos angustian en la actualidad, la destrucción creciente de nuestros recursos naturales, bosques, fuentes de agua, ríos, quebradas, lagos y lagunas; el cambio repentino en las costumbres centenarias de los pueblos y de los sitios de concurrencia habitual, trastornan la tranquilidad y la convivencia  de sus habitantes.


Jenesano. Árbol de chocho. Foto de Alvaro Espinel.

 Por eso debemos cuidar la elemental manera de vivir en nuestros pueblos, sus buenas costumbres, su libertad, su paisaje  y su medio ambiente.

Hernán Castro Rodríguez, Editor de Vemos y Escuchamos. 

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