jueves, 12 de febrero de 2015

EL MANZANILLO, PERSONAJES DE LA POLÍTICA COLOMBIANA.


La época preelectoral nos motiva para transcribir enseguida, el comentario publicado por el Diario "El Tiempo" el 4 de mayo de 1997.

"MANZANILLO, ESPECIE QUE NO SE EXTINGUE
La polémica entre Carlos Lleras de la Fuente y Horacio Serpa Uribe revivió a un viejo y querido animal del ajetreo político colombiano que parecía definitivamente sepultado por la nueva generación : el manzanillo.
Con este término se denomina a toda suerte de ejemplares que pululan a lo largo y ancho de la geografía electoral colombiana. Término amplio por excelencia, podría abarcar a personajes históricos tan importantes y disímiles como Pericles o Francisco de Paula Santander, según señala el escritor e historiador Alfredo Iriarte.
A grandes protagonistas de la vida nacional se les ha endilgado ese apodo. Por ejemplo, del ex presidente Virgilio Barco las malas lenguas decían que era estadista en Bogotá y manzanillo en Cúcuta.
Ni siquiera los grandes prohombres de la historias lograron escapar a este epíteto, así fuera de manera indirecta.
De Alfonso el Mosco Rodríguez decían que era el manzanillo de Carlos Lleras Restrepo.
Otra definición muy acertada de manzanillo la recordó el propio ministro Serpa cuando afirmó: El manzanillo es quien nos derrota en las elecciones .
Pero, qué es en realidad un manzanillo? Para ser francos, no es necesario rebuscar demasiado. La vida política nacional está plagada de ellos y, aunque el término haya entrado en desuso, no por ello se trata, ni mucho menos, de una especie en extinción.
El manzanillo por lo general medra en los laberintos del pequeño poder, de la intriga de momento, es el que arregla, compone y negocia el pequeño detalle para sacar de él algún beneficio personal o para su jefe político.
Más elocuente resulta la descripción que de él hace Gonzalo Cadavid Uribe, tal como lo recoge el Lexicón de colombianismos, editado por la Biblioteca Luis Angel Arango del Banco de la República: En la fauna política, el manzanillo es el más despreciable de los animales, siendo todos despreciables. Hombre sin moral, sin decoro, poseído de un alto concepto de su grandeza, virulento, cobarde y falaz que pone a su servicio toda la bajeza de los hombres y toda su falta de hombría de bien para sus fines siempre oscuros. Llámase manzanillo porque sus frutos y su sombra, como los del árbol de ese nombre, son dañinos y venenosos. Forman su cohorte perdularios, buscalavidas, incapaces, matones y zarrapastrosos. Su clima propicio es el aplanchamiento, la delación y el comité. Cañas huecas, cualquier viento adverso échalos por el suelo .


El origen del término data de la década de los cuarenta, cuando en Bogotá se presentó con mucho éxito la comedia de Luis Enrique Osorio titulada El doctor Manzanillo. Tal fue el impacto que provocó la obra en la todavía muy provinciana Bogotá, que el término corrió de boca en boca hasta convertirse en un genérico de todo aquel que hacía política únicamente para su beneficio y no el de la comunidad.
Como suele ocurrir siempre, el término tomó fuerza propia y se le aplicó a dirigentes políticos que no necesariamente encajan en la anterior descripción. Aunque hay sus excepciones.
Publicación
eltiempo.com
Sección
Otros
Fecha de publicación
4 de mayo de 1997
Autor
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Fuente: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-555048

Hernán Castro Rodríguez, Editor de Vemos y Escuchamos.


Notas y referencias: elbullerengue.blogspot.com, guaridapersa.blogspot.com, www.taringa.net, yamidencine-y-filo.blogspot.com, Biblioteca virtual.

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