Luis Eduardo Garzón, ministro del trabajo. |
Con el acostumbrado
mamagallismo, la comisión de notables encargada de la decisión de aprobar el
salario mínimo para los colombianos no se puso de acuerdo y después de sus
teatrales reuniones, el “gobierno se vio precisado” a ordenarlo por decreto.
Creemos (ojalá que
nos equivoquemos) que el incremento al salario mínimo que aprobará el gobierno
para el año 2015, no será mayor al 4.5% y como siempre, sin importarle las
necesidades reales de la mayor parte de los colombianos.
La injusticia del
salario mínimo cobija sobremanera a todos los pensionados que, inexplicablemente
solo reciben, año tras año, la mitad del incremento que llegará al 2.5% como si
los pensionados fueran los parias de la sociedad.
En cambio, suben y suben y más suben los costos de todos los artículos de la
canasta familiar, la salud, la educación, el transporte y los servicios
públicos.
En medio del silencio
de los pensionados agobiados, se escucha a lo lejos, la carcajada estridente del
ministro del trabajo que representa al presidente Juan Manuel Santos Calderón y
el coro hilaridante de los comisionados.
Hernán Castro
Rodríguez, Editor de Vemos y Escuchamos.
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