Plenaria del Senado de Colombia. |
Los hay en todas
partes. Unos más y otros menos, pero tienen en común su tarea cotidiana de
mortificar y amenazar a las demás personas de su entidad, institución o
empresa, sintiéndose con el derecho a hacerlo, por su cercanía o compromiso con
el jefe o el superior, a quien la mayor parte de las veces lo tiene dominado
por su conocimiento de un desliz o “metida de pata.”
Generalmente son
mujeres que se sienten “las dueñas” de su entidad y hacen y deshacen todas las
veces que quieren y se inventan normas que no existen, hasta llegar en su
ignorancia a infringir las normas principales y en el caso oficial, la Carta
Magna o Constitución Nacional de un Estado.
Son las que “conceden
citas”, arreglan entrevistas, realizan componendas, muchas con el
desconocimiento de su superior al que mantiene asustado y apabullado.
Y la situación es
grave, irregular y desastrosa, para los demás empleados que se ven agobiados
con las “órdenes” de la mujer que resultó “jefe” de la noche a la mañana,
incidiendo negativamente en la marcha de la entidad, a la deriva y encaminada
al despeñadero y sus funcionarios tratados injustamente.
“No hay que creer en
brujas, pero que… las hay, las hay”.
Hernán Castro
Rodríguez, Editor de Vemos y Escuchamos.
Notas y referencias: www.caracol.com, www.claudia-lopez.com, www.enforma.salud180.com, es.dremstime.com, es.123rf.com, sp.depositphotos.com, Biblioteca virtual.
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