S.S. El Papa Francisco. Foto L'osservatore Romano. |
VATICANO, 19 Nov. 15 / 07:44 am (ACI/EWTN
Noticias).- El Papa Francisco dijo esta
mañana, al presidir la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, que Dios llora por la
guerra mundial que se vive hoy, que enriquece a los traficantes de armas. “El
mundo no ha comprendido el camino de la paz”, lamentó.
“También hoy Jesús llora”,
lamentó el Santo Padre, pues “nosotros hemos preferido el camino de las guerras,
el camino del odio, el camino de las enemistades”.
“La Navidad está cerca: habrá luces, habrá fiestas, árboles iluminados,
también pesebres… todo falsificado: el mundo sigue haciendo la guerra, sigue
haciendo las guerras. El mundo no ha comprendido el camino de la paz”.
El Papa indicó que “hoy hay
guerra por doquier, hay odio”, y cuestionó “¿qué queda de una guerra, de ésta,
que estamos viviendo ahora?”.
“¿Qué queda? Ruinas, miles de
niños sin educación, tantos muertos inocentes: ¡tantos!, y tanto dinero en los
bolsillos de los traficantes de armas”.
El Santo Padre también recordó
que “una vez Jesús dijo: ‘No es posible servir a dos patrones: o a Dios, o las
riquezas’. La guerra es precisamente la elección por las riquezas:
‘Construyamos armas, así la economía se equilibra un poco, y vamos adelante con
nuestro interés’”.
“Hay una palabra fea del Señor:
‘¡Malditos!’. Porque Él ha dicho: ‘¡Bienaventurados los constructores de paz!’.
Estos que trabajan por la guerra, que hacen las guerras, son malditos, son
delincuentes”.
Francisco señaló que “una guerra
se puede justificar –entre comillas– con tantas, tantas razones. Pero cuando
todo el mundo, como sucede hoy, está en guerra, ¡todo el mundo! ¡Es una guerra
mundial a pedazos, aquí, allá, allá, por doquier… no hay justificación. Y Dios
llora. Jesús llora”.
Al mismo tiempo que “los
traficantes de armas hacen su trabajo”, dijo el Papa, “están los pobres agentes
de paz que solo para ayudar a una persona, a otra, a otra, y a otra, dan su vida”.
Así lo hizo “un icono de nuestros
tiempos, Teresa de Calcuta”, recordó. Contra ella, señaló, “con el cinismo de los
potentes, se podría decir: ‘¿Pero qué ha hecho aquella mujer? ¿Ha perdido su
vida ayudando a la gente a morir?”. No se comprende el camino de la paz”.
“Nos hará bien también a nosotros
pedir la gracia del llanto, por este mundo que no reconoce el camino de la paz.
Que vive para hacer la guerra, con el cinismo de decir que no hay que hacerla”,
dijo.
Francisco exhortó a pedir a Dios
“la conversión del corazón. Precisamente en el umbral de este Jubileo de la
Misericordia, que nuestro júbilo, nuestra alegría sea la gracia para que el
mundo vuelva a encontrar la capacidad de llorar por sus crímenes, por lo que
hace con las guerras”.
Fuente: www.aciprensa.com
Hernán Castro Rodríguez, Editor
de Vemos y Escuchamos.
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