Escenario por muchas
décadas para reuniones sociales, políticas y cívicas, el Hotel Sarabita de la
ciudad de Chiquinquirá es uno de los edificios emblemáticos de la arquitectura
republicana, diseñada por el arquitecto belga Joseph Martens, quien también diseñó el edificio de la estación
de los ferrocarriles nacionales, en la ciudad Mariana capital de la provincia
de Occidente en Boyacá.
Caído en desgracia,
al ser administrado por funcionarios municipales, ignorantes de su historia y
de su arquitectura, el hotel Sarabita decayó hasta el punto que su mala administración
y deficiente servicio, desterró a la tradicional clientela que prefirió buscar
otros lugares para su estadía en Chiquinquirá.
Los políticos de hoy,
indiferentes a la importancia del edificio republicano, lo abandonaron y
convirtieron en la garantía de un premio de lotería que no le pagaron a quien
se lo ganó y
transcurridos cerca de dos décadas del sorteo, la deuda que ninguna
administración canceló, se convirtió en millonaria.
El caso es que el
edificio del hotel, embargado por los acreedores, está a punto de ser rematado.
¡Qué desgracia!
Eso sí no han
aparecido los líderes políticos y cívicos
chiquinquireños que lo disfrutaron y el Hotel Sarabita, corre peligro.
El arquitecto belga José Martens con el uniforme del ejército de su país, durante la primera guerra mundial.
“Uno de los más destacados arquitectos belgas en misión de asesoria en nuestro país fue Joseph Martens (1886-1974) quien, como consultor del
Minister¡o de Obras Públicas, diseñó también obras como las estaciones de
ferrocarril de Chiquinquirá (1926) y Palmira, el edificio Nacional de Cali
(1926-1933) y la sede para el Banco de la República en Cartagena (1928-1929)”
Ojalá los Ramírez,
los Silva, los Mendietas, los Cortés,
los Peralta, los González, los Pinilla, los Cortázar, los Ortíz, los Pachón,
los Rodríguez del Castillo, los Murcia, los Parra, los Franco, los Amador, los Pineda, los Umaña, los Pedreros, los García, los Oviedo, los Norato, los Ortegón, los Sanabria, los Rincón, los Quñones, los Villamil y otros
cuántos más, aparezcan y salven el Hotel Sarabita de Chiquinquirá.
Hernán Castro
Rodríguez, Editor de Vemos y Escuchamos.
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